Si creíamos que ya lo habíamos visto todo de la mayor revelación escénica (excéntrica) de los últimos tiempos, nos equivocábamos. Lady Gaga ha vuelto a sorprender al mundo. Esta vez ha sido en la portada de la edición japonesa para hombres de Vogue, donde aparece con el cuerpo cubierto de carne cruda. Así, a modo de bikini.
Un vestuario polémico que no han tardado en criticar las sociedades protectoras de animales. «No importa lo elegantemente que pueda presentarse. La carne de un animal torturado es la carne de un animal torturado», ha asegurado al Daily Mail británico Ingrid Newkirk, presidenta de la organización protectora de animales PETA. Y no se queda ahí. Define de «antinatural» la última hazaña de la cantante de «Bad romance». «El trabajo de Lady Gaga es hacer cosas extravagantes, y esto realmente corresponde a algo descabellado, porque la carne es algo que quieres evitar ponerte en el cuerpo».
Aunque la «bomba» se la reserva para la portada de la revista, Lady Gaga no se conforma. En el interior posa vestida de hombre, convertido en el que dice ser su alter ego, Jo Calderone, que en la entrevista adjunta afirma que es su amigo y amante.
Este sólo es un capítulo más de la artista más seguida en el mundo en la red social Twitter. Todo en ella es extravagancia y excentricismo. Su campaña publicitaria es asoladora. Y funciona.